jueves, 21 de junio de 2007




Se cuenta que allá por el año 250 AC, en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la Ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quien sería digna de su propuesta, Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento de profundo amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo preguntó: “¿Hija mía, que vas a hacer allá?. Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura” Y la hija respondió, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo se que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe Esto me hará feliz”. Por la noche la joven llego al palacio: Allí estaban todas las muchachas mas bellas, con las mas bellas ropas, con las mas bellas joyas y con las mas determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: “Daré a cada una de Ustedes una semilla”. Aquella que traiga la flor mas bella dentro de seis meses será escogida por mi esposa y futura emperatriz de China.

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado..Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era mas profundo. Por fin pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas solo para estar cerca del príncipe por unos momentos. En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una mas bella que otra ,de las mas variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.

Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.
Después de pasar por todas, una a una, anunció el resultado . Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las mas inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: “Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: LA FLOR DE LA HONESTIDAD. Todas las semillas que entregué eran estériles.”


LA FLOR DE LA HONESTIDAD
(Enseñanza China)



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