Un matrimonio salió al bosque para buscar setas. Muchas no encontraron, pero por primera vez en su vida encontraron una extraña variedad, considerada de las más sublimes y difíciles de encontrar. Era una seta grande, brillante y con un aroma increíblemente profundo.
El marido, en medio de la excitación por tal hallazgo, le dijo a su esposa:
- Tengo un amigo que es cocinero y le preguntaré como podrías hacerlo.
La esposa, una excelente cocinera, se sintió molesta.
- Llevo años cocinando setas y no creo que necesite ayuda para guisar esta.
El marido no pensó que su propuesta, hecha con toda buena intención, fuera interpretada por ella como un ataque a sus aptitudes culinarias. Aún así el marido insistió en su propuesta, y cuánto más insistía, más grande era el enojo de la esposa.
Literalmente se desató una tormenta en un vaso de agua: caras enfadadas y mal humor que duró hasta llegar a su casa.
La esposa se fue a la cocina, odiando aquella seta que había hecho dudar a su marido de lo buena cocinera que era. En ello, el marido cogió un cuchillo para limpiar la seta y, para sorpresa de los dos, estaba totalmente llena de gusanos.
La seta se fue directamente a la basura.
¿Cuántas veces iniciamos discusiones por cosas que no tienen ninguna importancia?
Agusti Rios Masanell
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