sábado, 20 de octubre de 2007

Viniste a Transformar la Realidad



Por Julio Andrés Pagano

Percibo una sublime luz, que enciende y aviva otras luces. Veo un noble corazón, que abre más y más corazones. Contemplo innumerables manos que se unen, alzan y celebran. Escucho palabras de aliento, que
movilizan el alma. Siento cómo el amor crece y se agiganta. Aunque no
divise tu rostro, sé que sos vos, eterno amigo, que intensamente estás
trabajando para cumplir con tu misión. No detengas tu marcha. Viniste
a transformar la realidad.
Tenemos un acuerdo álmico de ayudarnos a recordar el sentido de este
viaje. Sin embargo estas palabras exceden nuestro bello compromiso. Te
escribo porque me siento honrado de presenciar cómo tu espíritu, al
igual que el de muchos otros, libera su encanto para convertir la
apatía y el desgano en campos de fe y esperanza.

Río porque la tristeza llora al verte llegar, sabe que se queda sin
trabajo. Disfruto de tu manera simple y efectiva de emitir vibraciones
luminosas, que encandilan y extinguen la pesadez de las sombras. Sé
que tu tarea es desgastante. Comprendo que estás expuesto a la
violencia de quienes buscan marchitar todas las flores. No te
preocupes, el cultivo crece bajo la custodia de los reinos
cristalinos. Nada, ni nadie, impedirá el total florecimiento de la luz.
La magia existe. No te das una idea lo increíble que se ven los
coloridos entramados de consciencia que, entre todos, estamos ayudando
a co-crear. Prometo traerte hasta este lugar, soñado, que encontré en
la ladera de una montaña. Quiero que lo sepas, en este preciso
instante hay una abeja que se posa sobre tu nombre. Reconoce que sos
una flor, muy especial, que contiene el dulce néctar de los corazones
que son puros.
Hasta que nos volvamos a ver, te abrazo a la distancia con la luz que
te añora desde el centro de mi pecho. Dejo que estas palabras te
lleguen, donde quiera que te encuentres, por obra y gracia de la
sincronicidad. Continuá brillando con el mismo coraje y la decisión de
siempre. Lo sabés, sin embargo, todo tu ser se electriza cuando
alguien te lo recuerda: viniste a transformar la realidad.

Enviado por Patricia Scaglia.

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